MBIG (MacBeth International Group)


Basado en Macbeth de William Shakespeare.
Adaptación /dirección: José Martret y Alberto Puraenvidia.
Elenco: Francisco Boira, Rocío Calvo, Manuel Castillo, Imma Cuevas, Víctor Dupla, Maribel Luis, Rocío Muñoz-Cobo, Pepe Ocio, Francisco Olmo y Daniel Pérez Prada.

Pensión de las Pulgas, Madrid

Ya van tres Macbeths que hemos visto en dos años en Madrid, y este es seguramente el que mejor recuerdo dejará en el imaginario colectivo de las tablas madrileñas. El primero era en un teatro institucional, el Canal, a manos de la eficaz pero poco arriesgada Helena Pimenta, la versión más académica de todas. El segundo, lo comentábamos aquí hace una semanas, quería aventurar más pero se quedaba a medio camino. 

Evidentemente, esta obra sobre la codicia y la maldad da mucho de sí en nuestra época. ¿Cuáles son las aportaciones de esta versión? Muchas y muy buenas a mi parecer.

En primer lugar, la tentación de la tijera se deja aparte. Los argumentos de Shakespeare se quedarían en ridículos folletines si se quitara la poesía, la retórica de sus textos. Lady Macbeth tiene que decir sus frases terribles, y para creernos la evolución de Macbeth hasta su casi autoaniquiliación final vía remordimiento y angustia en dos horas y media, hacen falta palabras, palabras convincentes.

En segundo lugar, estas palabras convincentes no lo serían si no las pronunciaran unos grandes actores. Grandes son, en efecto, Francisco Boira Y Rocío Muñoz, la pareja protagonista, además de todo el resto del elenco (mención especial a las brujas Maribel Luís y Pilar Mata, que nos recuerdan a Florinda Chico o a Lali Soldevila, que están en los cielos artísticos).



En tercer lugar, la imaginación y maestría de Alberto Puraenvidia que nos propone la estética de los años 60 y sus grandes corporaciones (rollo Mad Men, para entendernos) pare este universo de codicias y arribismos personales.

Finalmente la escenografía, lo más llamativo de esta producción. Se representa en un piso de la calle Huertas (que había sido casa de la Chelito) y más o menos en cada acto los espectadores cambian de habitación. Desde la proximidad del microteatro, es posible sentarse a la mesa de la fiesta en la que aparece el fantasma de MacDuff, y nos parece oler la sangre que mancha las manos de Macbeth y su esposa después de cometer el magnicidio. El subtexto (lo que no está escrito por el autor, pero que puede estar implícito y los autores y actores pueden subrayar con gestos, movimientos, etc.) aparece en esta pequeña gran dimensión de un modo ideal e impactante, ya que se enriquece la obra con matices inesperados y sorprendentes, de cercanía física, que nos parecen acertadísimos y que se aprovechan precisamente de esta proximidad y de este cambio de escenario. Citamos solamente la muerte de Lady Macbeth como ejemplo de lo que hemos dicho.

Aparte de volver después del verano, esta gente tienen que encontrar pisos en toda España para que se vea en otras partes. No les faltarán pisos vacios como resultado de los mad men de nuestro tiempo.




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