Ojos de Agua
Intérprete: Charo López
(con Fran García: espíritu de Pármeno y Antonio Trapote: músico)
Versión de Álvaro Tato
Dirección: Yayo Cáceres
Una maravilla de espectáculo como resultado de la unión de grandes talentos: Álvaro Tato y Yayo Cáceres, de Ron La La, y Charo López. Los jóvenes Fran García y Antonio Trapote están a la altura de los mayores y nos deleitan con su parte muscial, esa música tan presente en los espectáculos de Ron La La y que tiene aquí un efecto evocador, parecido al que tiene en el cine.
La Celestina no muere, sino que llega en muy mal estado a un convento donde las monjas la acogen y la cuidan. Pasados unos años y cercana su muerte, se decide a contarle a sus compañeras su versión de su vida, en la que prima la libertad a cualquier precio, un precio que tuvo que pagar muy caro. Esta es la única licencia creativa que se permiten los autores, puesto que el monólogo está lleno de pasajes de la obra original, y explota la relación especial entre Pármeno y la vieja alcahueta, muy en la línea de las últimas investigaciones sobre esta obra (teatro-novela). Charo López es la intérprete ideal, no sólo por su edad estupenda y experiencia anterior, sino porque es tan buena actriz que es capaz de decir el texto clásico con tanta naturalidad que la distancia temporal entre el texto y nosotros, espectadores del siglo XXI, desparece. Lo dice, además, con gran corrección y la necesaria sutileza para que la podamos seguir.
Una escenografía sencilla pero eficaz, un vestuario que mezcla lo clásico y lo contemporáneo de una manera totalmente armónica y unas músicas completamente nuevas pero (como ya hemos dicho) con gran poder de arrastre complementan este espectáculo que debería verse en todas partes.
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