Bangkok
Autoría y dirección: Antonio Morcillo
Con Dafnis Balduz y Fernando Sansegundo
Sala de la Princesa, Teatro María Guerrero, CDN, Madrid
En un aeropuerto sin aviones, se encuentran el único vigilante de seguridad que hay de los dos que trabajan allí (al otro no lo veremos pero es una inquietante presencia de un trabajador chino) y un pasajero que ha comprado un billete a Bangkok que sale de ese aeropuerto. Más allá de la anécdota que todos conocemos, esta obra es una metáfora y un análisis del destino de un país que no se sabe muy bien a dónde va.
Desgraciadamente, tampoco se sabe muy bien a dónde va esta obra, que si bien tiene un planteamiento interesante y dos actores muy enérgicos y que defienden el texto muy bien, falla de alguna manera en proponer una historia que nos llame la atención y que nos mantenga el interés. Los matices y las segundas caras de los personajes aparecen demasiado tarde, a nuestro entender, cuando ya nos hemos cansado de esperar que suceda algo más allá del encuentro inicial.
Últimamente hemos visto buenas obras de teatro político (Ruz/Bárcenas, New order, Trágala trágala, Dignidad...) que nos ha gustado bastante, pero aquí nos hemos decepcionado.
Se podría salvar la escenografía, que consigue que la soledad más absoluta se respire desde la entrada, con esos paneles informativos sin ningún vuelo programado, y el sonido aeropuerto que nos acompaña hasta la butaca. Pero no tiene conexión alguna ni interacción con el texto, reduciéndose a decorado ingenioso. De hecho es discutible la disposición de las butacas en dos gradas, innecesaria en un teatro pequeño y que solo sirve para que en algún momento nos perdamos cosas.
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