La judía de Toledo



De Lope de Vega

Versión y dirección: Laila Ripoll

Con Manuel Agredano, Jorge Varandela, Ana Varela, Federico Aguado, Mariano Llorente, Elisabet Altube, Marcos León, Teresa Espejo.


Coproducción Micomicón Teatro /CNTC
Teatro de la Comedia, Madrid

Seguramente no es uno de los mejores textos de Lope (el monólogo de la tormenta, por ejemplo, nos pareció vano y cansino), pero aún así notable texto y producción que a nuestro entender mejora el original. La historia de un rey que desatiende los asuntos de estado porque se enamora como un hombre de la judía Raquel fue con Lope, una vez más, la primera vez que se puso en el escenario una leyenda popular y trajo cola en numerosas versiones, novelas y narraciones posteriores. Huelga decir que los resabios contemporáneos (en palabras de Laila Ripoll) están presentes.  



Ambientada en los años cincuenta españoles, esta versión incluye fragmentos del nodo y una caracterización muy de España profunda. Así, la negra mantilla que viste la reina para la procesión del Corpus en Toledo nos lleva directamente a pensar en María Dolores de Cospedal o en la reina Letizia. Los generales que aconsejan a los monarcas son puro franquismo y las intrigas palaciegas parecen ser protagonizadas por hijos de Aznar, mangas de polo al cuello y peinados con la raya a un lado.


Se respeta el texto lopiano y se interpreta muy bien, especialmente por parte de los actores más versados en la compañía Micomicón (Jorge Varandela, Manuel Agredano, Ana Varela). No nos gustó tanto el trabajo de Federico Aguado como rey Alfonso, quizá porque es un personaje no muy bien dibujado en sí. A pesar de ser el origen de la tragedia, son otros quienes mueven los hilos de la acción.



Una vez más se demuestra el buen hacer de Helena Pimenta como programadora del Tetaro Clásico, que atrae a lo mejor de nuestras escenas a la sala de la calle del Príncipe.

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