La Encrucijá
de Pelayo Rocal y Luis Ortiz-Abreu, basado en el imaginario de Lorca
con Luis Ortiz-Abreu, Pelayo Rocal, Fran Antón y Óscar Oliver.
Dirigida por Pepa Rus.
Nave 73, Madrid
Últimamente (y qué bien que sea así) se está revisitando a Lorca de muchas maneras, bien en adaptaciones nuevas, bien en nuevas obras a partir de fragmentos de sus piezas más conocidas. Otra posibilidad, que también habíamos visto antes, es recrear su universo en algo completamente nuevo, como hemos visto aquí.
En esta Encrucijá protagonizada por hombres que ha tenido una larga gestación, al principio no sabemos si los personajes son hombres y mujeres, o sólo hombres. Al final nos da lo mismo porque las interpretaciones y los conflictos son tan profundos y tan universales que nos vemos reflejados en ellos de todas maneras. Con un sentido del humor muy andaluz y un lenguaje muy poético, asistimos a la desesperación de Fernandito (un muy orgánico y casi omnipresente Luís Ortiz-Abreu) ante su situación de querida encerrada en su casa por su amante (Pelayo Rocal, muy creíble y totalmente en su papel) y objeto de las críticas de todo el vecindario (Óscar Oliver, en su punto). La llegada de un amigo de la infancia al pueblo para las fiestas patronales (Fran Antón, sobrecogedor) actuará de catalizador.
Nos alegramos mucho del gran éxito conseguido en las dos representaciones que han tenido en Madrid: ¿por qué sólo dos, programadores? y esperamos que vuelvan pronto, porque un trabajo así vale la pena.
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