Justícia


 


De Guillem Clua

Con Manel Barceló, Alejandro Bordanove, Marc Bosch, Roger Coma, Vicky Peña, Pere Ponce, Josep Maria Pou, Anna Sahun, Anna Ycobalzeta y Katrin Vankova

Dirección Josep Maria Mestres

Teatre Nacional de Catalunya, Barcelona

Primera obra comisionada por el TNC a Guillem Clua, es decir con un presupuesto muy grande y con total libertad. Y Clua borda lo que es una obra redonda, épica, en la que nos cuenta al mismo tiempo la historia de Catalunya, de su partido burgués por excelencia, y del movimiento homosexual. Lo hace con un reparto de lujo o con una escenografía imponente (gracias, Paco Azorín), en forma de casa en la que los personajes en vez de hacer mutis por el foro lo hacen por las ventanas.

Un patriarca de Convergència, que lo ha sido todo menos president, celebra su 75 aniversario rodeado de la família y algún que otro personaje inquietante. Su principio de Alzheimer le hará revivir momentos de su vida que se le aparecerán cuando menos se espere. Una de las presencias en escena actúa de catalizador, pero lo sabremos hacia el final.



Sin imitar a nadie en concreto, reconocemos trazas de Marta Ferrusola, Macià Alavedra, Oriol Pujol...  en los personajes. Como no podía ser de otra manera, Vicky Peña y don José María Pou desprenden la belleza habitual en sus trabajos.

Los mejores momentos son aquellos en que situaciones paralelas se suceden al mismo tiempo en distintas estancias de la casa (gran dominio técnico de la escritura aquí) o escenas como la primera manifestación del FAGC (especialmente sentido y dramáticamente muy potente) o la muerte de uno de los personajes por SIDA (protagonizadas por el mismo actor, tenemos que destacar su trabajo ya, Marc Bosch). Los actores, a pesar de ser 10, doblan la mayoría en otro personaje, pero una vez más está tan bien resuelto escénicamente que no sólo no confunde sino que da más matices a los protagonistas y los hace más profundos.

Por encontrarle algún fallo, en algún momento se van los diálogos por las ramas (por ejemplo en la trama venezolana, estupenda Anna Ycolbazeta) pero vuelven enseguida al redil. Parece que, emocionado por su estreno en el mainstream, el autor quisiera no dejarse nada en el tintero.

En definitiva, la consagración de un autor del que esperamos ansiosamente ya la segunda parte de Smiley





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