Atraco, paliza y muerte en Agbanäspach (2021)
escrita y dirigida por Nao Albet y Marcel Borràs
Centro Dramático Nacional. Teatro Maria Guerrero, Madrid.
Nao Albet y Marcel Borràs retoman una historia de 2013 que vimos sólo en Barcelona y le añaden todo lo aprendido en estos años, que es mucho si tenemos en cuenta lo mucho que los hemos visto en tantas buenas producciones de cine, teatro y televisión. Si ese trabajo era maravilloso, su versión del 2021 queda fuera de toda adjetivación y es todo un acontecimiento.
Unos dramaturgos del tres al cuarto reciben el encargo de montar una obra comercial en un teatro de prestigio. La única condición es que debe versar sobre un atraco. Tras varios intentos de los que no acaban de estar satisfechos, contactan con una artista multimedia rusa creadora del reproductivismo. La solución está clara, tienen que hacer un atraco de verdad y convertirlo en una obra de arte. Hay más, muchas sorpresas, pero no las vamos a contar.
Las interpretaciones de ambos son muy precisas, muy exactas, y parece que son dos colgados de verdad. Nos gustó mucho cuando uno de los protagonistas habla en sueños. Nos quitamos el sombrero ante Irene Escolar, que actúa en ruso o en inglés con acento ruso. Uno no la ha visto antes y se cree que es una perforare rusa de verdad. Y todos los otros están estupendos, aunque Francesca Piñón y Vito Sanz nos cautivan.
Toda la obra es un torbellino, una locura tras otra, inclasificable y visceral. Tiene muchas referencias a otros trabajos, ajenos y propios, y está impregnado de humor, un humor ya característico de este dúo. Los giros del argumento hacen que la historia no decaiga en un solo momento.
No nos olvidemos del espacio sonoro y la escenografía, simplemente prodigiosos.
Ya con entradas agotadas, nos consideramos afortunados de haberlo podido ver.
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