Un cuerpo a la deriva





De Pedro Martín Cedillo

Con Sato Díaz y Pedro Rubio

Dirigida por Carlos Be

El Umbral de Primavera, Madrid

Hace poco vimos un texto del mismo autor en otra sala y nos confirmamos en que una buena dramaturgia  (y una buena sala como el Umbral, que todavía nos ha de decepcionar) son del todo imprescindibles para el disfrute de un texto. El mismo autor, con un director solvente como Carlos Be y en una sala en condiciones que se adapta a una escenografía más que esperar a que la propuesta escénica se adapte a ella, revive, se multiplica y brilla, por muy complicado que sea su planteamiento.

En efecto el planteamiento no es fácil: una historia narrada a tres niveles: los ensayos sobre una versión de La sirenita de Hans Christian Andersen, la tormentosa vida del autor danés y la relación que surge entre actor y director durante esos ensayos en una casa de campo en la que no deja de llover.

Los fenomenales actores, unos fuera de serie que no conocíamos y que tienen lo que se viene llamando una química envidiable entre ellos. En cuanto a la autoría y la dramaturgia, que van a la par también  en cuanto a calidad se refiere, cabe destacar la buena documentación sobre el autor del que hasta ahora sólo conocíamos sus cuentos infantiles.

La hora y poco de la función se pasa volando y acabamos encandilados con esta historia de amores y sexos a diferentes velocidades, tan bien administrada entre tragedia y comedia, entre ilusión y verdad.

Sólo hasta finales de mayo, es imprescindible verla.




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