L'oncle Vània

de Anton Chéjov
con Ivan Benet, Kaspar Bindeman, Raquel Ferri, Anna Güell, Julio Manrique, Lluís Marco, Carme Sansa, Júlia Truyol.
dirigida por Oskaras Koršunovas

Teatre Lliure, Barcelona

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Otra vez un Chéjov, otra vez un Tío Vania pero esta vez sin recortar y, a cambio de eso, con algunas innovaciones: los personajes saltan la cuarta pared para exponer sus razones y motivos, hay música (con guitarra eléctrica incluida), filmaciones y proyecciones, y un director especialista en Chéjov venido de Lituania.

El espíritu melancólico del drama (aunque el autor lo clasificó como comedia por alguna escena grotesca que tiene, verse la persecución con pistolas) impregna todo y se consigue perfectamente, con unos actores de la casa que como es habitual, están al 200%. La escenografía nos recuerda a la de l'ànec salvatge, en la misma sala hace cuatro años: una casa vista desde el exterior, paredes transparentes con los personajes que van saliendo de vez en cuando al jardín, donde estamos nosotros como público. Esta vez, a diferencia de la otra, los intérpretes van microfonados y se les oye perfectamente aunque estén dentro de la casa.

Y lo maravilloso, como siempre: el elenco actoral, del que destaca Julio Manrique en todo momento, moviéndoselo por el escenario como Pedro por su casa y estallando en cólera hacia el final de la representación en una catarsis de la que sencillamente no podemos, ni queremos escapar.