Qui a tué mon père
Texto e interpretación de Édouard Louis
Dirigido por Thomas Ostermeier
Teatro Conde-Duque, Madrid.
Édouard Louis representa en escena su homónima novela en una interesante reinvención poco habitual: de escritor a actor. Con un equipo de lujo, sale bien parado de la experiencia.
Con sólo 30 años, ha conseguido hacerse un lugar en el denso panorama de las letras francesas y sus novelas (aunque quizá algo monotemáticas) tienen una fuerza desgarradora en lo que es la descripción de la violencia intrafamiliar y homófoba. En esta ocasión, su padre está cercano a la muerte e intenta, en una visita largamente pospuesta, encontrar los pocos puntos buenos que ha tenido su progenitor.
Como he dicho antes, todo el conjunto es de altura, desde el video proyectado, muy sugerente, hasta la escenografía muy sencilla pero muy clara para saber cuándo está con el padre y cuándo reflexiona él solo. Muy buena también la dirección escénica, en que los aparentemente insignificantes movimientos del personaje están trabajadísimos al detalle. No hay ningún reproche que hacer a ningún aspecto de este espectáculo, original y trascendente.
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