La habitación blanca

De Josep Maria Miró

Con Paula Blanco, Lola Casamayor, Santi Marín y Jon Arias


Dirigida por Lautaro Perotti


Teatro Español, Madrid

Uno de los autores más prolíficos y más internacionales de nuestra dramaturgia que curiosamente no es de los más conocidos por el gran público es Josep María Miró, que crea obras lo bastante abiertas como para dejarnos con inquietud en nuestro interior y debates a la salida del teatro con los amigos. Pero lo bastante explícitas, con historia o historias interesantes que nos invocan a nosotros mismos mientras vemos el espectáculo, y por tanto nos emociona.

En este caso vamos a evocar nuestra infancia: una señorita Mercedes, maestra de los otros tres personajes ya adultos, aparece en la vida de éstos de un modo, como mínimo, llamativo. Su sorprendente aparición, que va evidentemente más allá de la casualidad, se envolverá de misterio y servirá para que los otros personajes recuerden esa época que lo marca todo, la niñez. Una niñez que está quizá sobrevalorada como tiempo idílico y que tiene tanto luces como sombras.

Un gran equipazo ayuda a que la función salga adelante. En primer lugar, su puesta original en la sala Flyhard, que ya dirigió Lautaro Perotti. De ahí salió también Paula Blanco, que repite papel. Lola Casamayor, Santi Marín y Jon Arias están impecables, no sólo por estar bien dirigidos sino porque dominan ese registro tan exacto entre lo realista y lo fantástico que exige el texto. El papel de Santi Marín está, por decirlo de alguna manera, reciclado de otro texto de Miró, y aunque aquí no sea personaje principal, el actor sale victorioso en llevar adelante el personaje menos simpático.

Muy buen acierto en programar esta producción Flyhard/Timbre 4 en el Teatro Español, y darle la sala pequeña.