Tan sólo el fin del mundo

De Jean-Luc Lagarce

Con Irene Arcos, Yune Nogueiras, Raúl Prieto, María Pujalte, Eneko Sagardoy y Gilbert Jackson

Dirección: Israel Elejalde

Cía Kamikaze

Matadero, Madrid

Da mucha pereza escribir sobre algo que no nos ha gustado, pero hay que hacerlo para que los potenciales asistentes sepan qué se pueden encontrar.

Un hombre en sus treinta, que vive alejado del núcleo familiar, física y emocionalmente, acude a la casa de sus padres en Navidad por última vez, ya que padece una enfermedad terminal. Sólo lo sabe él, y pretende anunciarlo durante su estancia. Ahí, una familia bastante insulsa le reprocha su ausencia durante tanto tiempo. 

Conocedores de la vida y obra de Jean-Luc Lagarce entenderán que el protagonista tiene sida y que ha llevado una vida aparte por ser gay, pero no se trata de eso. Se trata de que el conflicto latente explote y, lejos de eso, se ralentiza hasta el sopor inaguantable, con un director conteniendo todo el rato lo que se dice (actores estupendos castrados en sus interpretaciones, véase María Pujalte). Tampoco se nos da ninguna pista de lo que pasaba o pasó, insisto, ya que para disfrutar de una función no hace falta ir con ninguna lección aprendida.

Por si fuera poco la dirección interrumpe constantemente la (escasa) acción con fotografías y coreografías (éstas últimas muy buenas, quizá lo único salvable de la función, ejecutadas por Gilbert Jackson). 

Avisados quedan, sólo apto para incondicionales del dramaturgo francés.