Carmen, nada de nadie
Con Mónica López, Oriol Tarrasón, Ana Fernández y Víctor Massán.
Dirigido por Fernando Soto.
Teatro Español, Madrid
Un biopic teatral de la mujer que tuvo más poder en España durante la transición (y probablemente en toda la democracia): Carme Díaz de Rivera, jefa de gabinete de Adolfo Suárez. Procedente de familia noble pero de ideas muy avanzadas, tuvo un trauma al descubrir que el hombre del que se había enamorado, hijo del cuñadisimo Ramón Serrano Suñer y dedicó todas sus energías a la política. Estuvo detrás de la legalización del PCE, a la cual Suárez mostraba muchas reticencias, y llegó a ser eurodiputada por el PSOE.
Justo parece reconocerle su labor, y en la audiencia del teatro había mucha gente que, por edad, debía guardar una buena memoria de ella. El texto está muy bien escrito por lo que respecta a narrar su historia (magnífica y precisa como siempre Mónica López), pero los personajes que la acompañan: su madre (Ana Fernández) y sobretodo Adolfo Suárez (Oriol Tarrasón) y el rey Juan Carlos (Victor Massan) son caricaturas, estereotipos, y es una lástima porque son muy buenos intérpretes (el mutis de Adolfo Suárez al final de la obra es memorable), pero no hay ocasión para el conflicto, el teatro. El personaje del rey es sencillamente un putero que quiere acostarse con la protagonista, sin grises ni matices. Acaso Ana Fernández y su papel de madre tiene un poco más de profundidad, pero parece que ese fondo proviene de la actriz la que aprovecha todos su resortes más que de lo que dibuja el texto de su personaje.
Por ello, se puede disfrutar este trabajo. Gracias, director e intérpretes que habéis sabido sacarle lo mejor.
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