Nuestros actos ocultos
Texto y dirección: Lautaro Perotti
Con Carmen Machi, Macarena García y Santi Marín
Naves del Español, Matadero, Madrid
Una mujer llama pidiendo ayuda a ¿su familia? tras lo que parece un suceso grave. La cabina de teléfono nos sitúa en un pasado reconocible pero ya remoto.
Se espera mucho siempre de Lautaro Perotti, pero esta producción, lamentablemente, tiene altibajos. Aunque se deja ver por la gran calidad de sus intérpretes. Ellas, famosísimas por la tele y él, un portento también, pero conocido solamente por los que amamos las tablas.
Puntos a favor: el buen hacer del elenco como ya hemos dicho, una historia intrigante que mantiene el suspense hasta el final y una escritura inteligente, se nota que firma un actor, que no ahoga los intérpretes y les da cancha. Muchos temas interesantes (no destripo aquí, puesto que van surgiendo poco a poco) y estructura en forma de puzzle para el espectador no pierda el interés y componga su estructura de los hechos.
En su contra tiene esa misma estructura de puzzle temporal (ahora, hace seis meses y hace dos años) que también puede confundir un poco. Me resulta muy desagradable la disposición de dos gradas enfrentadas aquí, ya que los personajes rompen en ocasiones la cuarta pared para hablar con el público. Con dos cuartas paredes, a veces te quedas sin ver. Muy mal. La estructura de puzzle también hace que los conflictos no se desarrollen, se queden en suspenso hasta la próxima vuelta. Sólo uno de los temas, la mala relación entre madre e hija, se desarrolla en profundidad. También es extraño que el coche no funcione, pero se hable de una road movie, aunque quizá el término se usa de un modo metafórico.
¿Vale la pena? Sí, pero no será una función memorable.
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