El castor que lloraba
Cía Cabosanroque
Teatro de la Comedia, Madrid
Este espectáculo complementa, dando una visión contemporánea, al anterior que hemos comentado, El gran teatro del mundo.
Los espectadores se dividen en dos grupos: unos se ponen auriculares y se sientan en la grada. Escuchan un diálogo entre un hombre y una mujer sobre las palabras de Calderón en el trabajo mencionado. La otra mitad se sientan en el centro del escenario y miran a través de unas cajas.
Aquí podemos observar los autos por dentro, cómo se crean los sonidos que creaban magia en los espectadores coetáneos y unas ulteriores reflexiones.
Después se cambian los papeles de los espectadores: los actores y el público son la misma cosa como decía Calderón. La experiencia es ciertamente insólita y nos deja pensando, lo cual me hace pensar también que lo visto tiene interés y vale la pena.
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